El Tribunal de Cuentas concita las críticas de buena parte de la ciudadanía cada vez que aflora un nuevo caso de corrupción entre la clase política, fundamentalmente en lo que a la contabilidad de los partidos se refiere. La opinión pública considera en estas ocasiones que los auditores públicos deberían descubrir contabilidades B y trasvases de dinero ilegales. Sin embargo, esta institución clama desde hace muchos años por que se modifiquen las leyes y se le dote de competencias para hacer una labor de investigación mucho más eficaz.
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