Hace unas semanas dábamos cuenta de la heroica vuelta al mundo de Clärenore Stinnes y su Adler en 1927. El hecho de que fuera una mujer quien se atreviera a hacer lo que nadie había osado hasta entonces ya resultó sorprendente en su tiempo. Pero nos vamos a remontar en el tiempo, a finales del siglo anterior en concreto, para revisar otro hecho que pondrá en solfa muchos prejuicios sobre la mujer y el automóvil.
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