Después de un lustro en el que la banca ha recurrido al scrip o pago en acciones con el objetivo de aumentar su capital (ya que este tipo de retribución implica una ampliación del número de acciones en circulación), el pasado 8 de enero Santander anunciaba un giro radical en su política de dividendos. La entidad presidida por Ana Botín, que fue la primera del país en adoptar el scrip, en 2009, comunicaba que, con cargo a los resultados de 2015, abonará 0,20 euros por título, la mayor parte (0,15 euros) en efectivo y sólo lo restante (0,05 euros) en títulos (scrip). La entidad ya cuenta con suficiente capital como para no tener que recurrir a una fórmula que diluye a los inversores que optan por percibir dinero.
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