El estancamiento secular se ha convertido en uno de los términos más empleados por los economistas en los últimos meses. Los bancos centrales y los Gobiernos centran sus esfuerzos en estimular el crecimiento y la inversión para que las tasas de variación del PIB vuelvan a niveles de hace más de una década. Sin embargo, otros economistas comienzan a difundir la hipótesis de que no hacen falta elevados crecimientos del PIB para que los niveles de vida de los ciudadanos mejoren.
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